Como practicante de la Marina estuvo destinado en barcos de la Armada (entre otros el famoso e infortunado Cañonero “General Concha”. En el Diario Oficial del Ministerio de Marina, de 20 de enero de 1920, núm. 15, en la sección de Sanidad, en el apartado Cuerpo de Practicantes, aparece la disposición que explica:
que con el fin de dotar a los tres apostaderos (Cádiz, Ferrol y Cartagena) y que como consecuencia de la implantación de las plantillas aprobadas por Real Decreto de 13 de noviembre de 1919, ha sufrido variación en su número en las diferentes Escalas, el Rey (q.D.g.), de acuerdo con lo propuesto por la Jefatura de Servicios Sanitarios de la Armada, ha tenido a bien disponer que el personal de dicho Cuerpo (Practicantes) que figura en la siguiente relación, que encabeza el subayudante de Segunda Clase D. Juan García Mora[12] y termina en el Segundo Practicante Don Enrique Martínez Godínez.
En dicha relación aparece Manuel Quignon Lubrano, con la categoría militar de Primer Practicante, pasando destinado al apostadero de Cádiz.
Siguiendo con su trayectoria militar, en el Diario Oficial del Ministerio de Marina núm. 137 de fecha 23 de junio de 1921 en la Sección de Servicios Sanitarios, Cuerpo de Practicantes, aparece la noticia de su pase destinado al Hospital de Marina de San Carlos.
En Diario Oficial de 6 de septiembre de 1930, se publica la orden de cese en el destino que ocupa y embarca en el crucero “Blas de Lezo”. Poco después, en el Diario Oficial de 28 de marzo de 1931, aparece nueva publicación, donde ordena su pase a la Sección del Departamento de Cádiz.
Con la llegada en 1931 de la Segunda República, y posteriormente la llamada Ley Azaña, con una importante y radical reforma del Ejército, pasaron muchos militares a la reserva y otros se jubilaron anticipadamente.
Quignon descontento con la situación personal y militar creada en aquellos momentos[13], solicita el pase a la jubilación, con sujeción a lo preceptuado en el Decreto de 10 de julio último, Diario Oficial núm. 155. Ya en el Diario Oficial del Ministerio de Marina núm. 227, con fecha de 9 de octubre de 1931, aparece en la sección de Cuerpo de Sanidad, apartado Cuerpo de Practicantes, la confirmación de su solicitud y fijando su residencia en San Fernando.
Poco antes de acabar la guerra civil española, por imperativo legal, el Colegio de Practicantes, tuvo que actualizar nuevamente todos los datos de los archivos colegiales. El Gobierno del General Franco ordenó la “depuración” de todos los expedientes personales de los funcionarios y también en el ámbito privado. Dicho trámite consistía en una Declaración Jurada donde había que explicar la situación del profesional antes y durante la contienda. Ideas políticas, religiosas, cargos públicos, etc., además de un informe policial, municipal y de la Falange Española.
En la Declaración Jurada obligatoria para el nuevo expediente colegial, hay un apartado para rellenar que dice: Su actuación desde el 18.VII.1936 hasta la fecha, minuciosamente explicada; Quignon escribe a mano:
Encontrándome en la situación de Practicante de la Armada retirado extraordinariamente, por juzgarme asimismo incompatible con aquel régimen de cosas, al iniciarse el glorioso movimiento nacional, se adhirió y se presentó a las autoridades de Marina desde el primer día del alzamiento salvador de España, asimismo al Sr. Comandante Militar de esta Plaza, prestando sus servicios cuando fue llamado, en este Departamento Marítimo y en el equipo quirúrgico del Hospital de Marina de San Carlos.
Quignon continúa explicando que, a pesar de las secuelas de guerra de la pasada campaña en Marruecos, en el transcurso de la contienda, trabajó con mucho entusiasmo en dicho destino. En esos instantes, 19 septiembre de 1940, declaraba continuar en la misma situación. El expediente de “depuración” de Manuel Quignon, fue informado favorablemente con fecha de 31 de julio de 1941.
ACTUACIÓN HEROICA DE LA DOTACIÓN EN EL NAUFRAGIO DEL CAÑONERO «GENERAL CONCHA»
El 11 de junio de 1913, bajo el mando del Capitán de Corbeta D. Emiliano Castaño Hernández, el Cañonero “General Concha”[14] se dirige hacia el Peñón de Alhucemas, procedente de la localidad granadina de Almuñécar donde días antes se había refugiado debido al fuerte viento de Levante. Sobre las 07:40 horas, cuando navegaba cerca de la ensenada de Busiú distante sólo 5 millas de Alhucemas, a donde transportaba al Coronel de Estado Mayor Basterra, por culpa de una densa niebla la tripulación se sobresaltó ante un brutal ruido metálico a medida que el barco se estrellaba contra el acantilado, quedando su proa metida entre las rocas y mirando a tierra y la popa al mar. Sin perder un segundo se puso a flote el chinchorro (pequeña embarcación auxiliar) para reconocer los daños, observando una gran brecha a proa por la que entraba el agua, estando ya inundadas la despensa, el cofre de cadenas, y todos los compartimentos de proa. Manuel Quignon formaba parte de la dotación del “Concha”. Era el único profesional sanitario a bordo y por tanto responsable de la sanidad del buque.
INFORME OFICIAL DEL ALFÉREZ DE NAVÍO, SEÑOR QUEVEDO[15]



