Excmo. Sr., visto el escrito que dirige a este Ministerio, el Colegio Provincial de Practicantes de Sevilla, en súplica de que se otorgue la recompensa, a que se haya hecho acreedor, el Segundo Practicante de la Armada Don Manuel Quignon Lubrano, embarcado en el cañonero “General Concha”, S. M. El Rey (q. D. g), de conformidad con lo informado por la Jefatura de Servicios Sanitarios de la Armada, se ha servido disponer que acordado se resuelva el expediente que motiva la pérdida del citado Cañonero, se acordará lo que proceda acerca del particular.

La reivindicación más que justificada, por parte de las instituciones colegiales, del reconocimiento a los méritos profesionales y al valor demostrado por el compañero Quignon, terminaron con la triste publicación del Diario Oficial del Ministerio de Defensa del 2 de febrero de 1915, que exponía lo siguiente:

Excmo. Sr.: Vista la comunicación del Colegio Provincial de Practicantes de Cádiz, interesando que al 2º practicante de la Armada D. Manuel Quignon Lubrano, se le otorgue una recompensa por los servicios que haya prestado cuando la pérdida del cañonero “General Concha”, a cuya dotación pertenecía, S. M. el Rey (q. D. g.) ha tenido a bien disponer que siendo esta petición análoga a la que hizo el mismo Colegio en 24 de junio de 1913 y el Colegio de Practicantes de Sevilla en 16 de agosto siguiente, que fueron resueltas, respectivamente por reales órdenes de 4 de julio (D. O. núm. 148) y 23 de agosto (D. O. núm. 188), atengan lo resuelto en las mencionadas soberanas disposiciones.

De real orden lo digo a V. E. para su conocimiento y efectos. Madrid 19 de febrero de 1915

MIRANDA[26]

Sr. Jefe de los Servicios Sanitarios de la Armada

DECEPCION CON LA ARMADA

Tristemente, casi veinte años después de los trágicos sucesos del “Cañonero Concha”, en el Diario Oficial del Ministerio de Marina núm. 144, de 20 de junio de 1932, en la Sección de Sanidad, en Cuerpo de Auxiliares de Sanidad:

Se informa al Sr. General Médico, jefe de los Servicios Sanitarios de la Armada que dada cuenta de la instancia elevada por el Practicante primero D. Manuel Quignon Lubrano, en situación de retirado, en súplica de que se le conceda una recompensa, a consecuencia de su actuación en la varada y pérdida del cañonero “General Concha”, el Gobierno de la República, de acuerdo con lo informado por la Sección de Sanidad y Asesoría General del Ministerio, ha tenido a bien desestimarla.

Madrid 15 de junio de 1932.

Es evidente que Manuel Quignon, luchó lo indecible para que se le reconocieran sus méritos totalmente merecidos, y que el “EJÉRCITO DE MADRID[27]” le negó de forma desconsiderada y miserable, durante la monarquía y posteriormente con la república.

Hay que destacar que en aquella época tanto en el cañonero accidentado, como en la mayoría de los barcos de la Marina, el Practicante era el único profesional sanitario de la dotación[28].

Manuel Quignón, en su expediente personal del Colegio, declara que por su participación en la Guerra Civil le concedieron la Medalla de la Campaña y la Cruz Roja del Mérito Militar. Así como diversas “anotaciones”[29] en su Hoja de Servicios, de MUY DISTINGUIDO, en asistencias de heridos por “hechos de armas”.

Finalmente, en Diario Oficial del Ministerio de Defensa de 28 febrero de 1945, en el apartado de Órdenes, sección Servicio de Personal, se puede leer la vacante dejada por el Capitán de Sanidad D. Manuel Quigno Lubrano por su pase a la situación de “reserva”. Poco después, el 30 de mayo de 1945, aparece en el expediente personal del Colegio, su baja por fallecimiento.

CONCLUSIONES

Manuel Quignon Lubrano, en su trayectoria laboral y personal, dejó pruebas evidentes de su enorme compromiso con la profesión. Ingresó en la Armada tras superar unas pruebas muy exigentes, demostrando una excelente preparación académica. Participó activamente en la institución colegial, actuando en ocasiones como Vocal, secretario accidental y como responsable del área de noticias de los Practicantes de la Armada, en la revista de El Practicante Gaditano.

En el momento más crucial de su profesión, durante la tragedia del cañonero “Concha”, llevó a cabo una actuación heroica, atendiendo a sus compañeros sin importarle exponer su propia vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Attach images - Only PNG, JPG, JPEG and GIF are supported.

Elementor not installed
Elementor not installed